by Ramón Cerdá | Jun 7, 2014 | Blog, BookTrailer/Videos, Presentaciones de libros |
Puedes comprarlo aquí
El seis de junio de 2014, a las veinte horas, en la Biblioteca Sant Josep de Ontinyent tuvo lugar la première de la novela Vanitas Vanitatum, de Laura Mollá. Según manifestó la propia autora, fue para ella una sorpresa de asistencia, y lo cierto es que, acostumbrado como estoy a ir a muchas de las presentaciones que se celebran a lo largo del año en estas instalaciones, la de Vanitas Vanitatum ha sido sin duda de las de más afluencia de gente (alrededor de ochenta personas) a pesar de que se realizó en una fecha conflictiva para este tipo de actos, dada la coincidencia con la inauguración del evento de promoción del comercio que se celebraba en Ontinyent el mismo día. Así que solo me queda darle la enhorabuena a la autora por las muestras de arropamiento que sin duda ha recibido.
A continuación incluyo un video con buena parte de la presentación:
SINOPSIS DE LA NOVELA:
Con Vanitas Vanitatum la primera novela de Laura Mollá Enguix, nos adentraremos en un thriller jurídico que no nos dejará indiferentes. Bajo la apariencia de legalidad en el asesoramiento empresarial, subyace un complejo entramado de fraudes laborales en los que se verán implicados cargos políticos y del sector de la abogacía.
“La libertad, querido Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres les dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar.” Miguel de Cervantes.
Bajo la apariencia de legalidad en el asesoramiento empresarial, subyace un complejo entramado de fraudes laborales en los que se verán implicados cargos políticos y del sector de la abogacía.
by Ramón Cerdá | May 27, 2014 | Blog, BookTrailer/Videos |
Laura Mollá estrena novela, su primera novela con tintes jurídicos: VANITAS VANITATUM, de la cual ya publiqué una reseña en este blog.
A continuación incluyo el video con su reciente aparición en el programa MANTO DE ESTRELLAS de MK Televisión donde nos habla un poco de ella y de sus proyectos literarios.
SINOPSIS: ¿Puede la vanidad hacer temblar los pilares éticos de la abogacía?
Bajo la apariencia de legalidad en el asesoramiento empresarial, subyace un complejo entramado de fraudes laborales en los que se verán implicados cargos políticos y del sector de la abogacía.
BIOGRAFIA: Nacida en Ontinyent, 1975, licenciada en Derecho, ejerce desde el año 2000. En 2004 fundó GMR Management y Servicios Jurídicos, despacho profesional especializado en asesoramiento jurídico laboral, management para PYMES y despachos. Aficionada al thriller jurídico quiere, con esta, su primera novela, involucrar al lector en una trama jurídica donde el dinero prevalece sobre los principios éticos y morales de sus protagonistas.
by Ramón Cerdá | May 27, 2014 | Libros Leídos, Reseñas |
Yaiza Cabrera Torres
Novela Negra
Autoedición www.milibroenpapel.com
ISBN – 978-84-616-0760-0
Año de esta edición 2012
Páginas 200
BREVE RESEÑA: Con esta obra, más bien corta, se da a conocer una nueva escritora de género negro que ha optado por la autoedición, al menos en sus primeras obras.
En la novela vemos insertos todos los ingredientes del género. Llama la atención el hecho de que no transcurra en ningún lugar determinado y apenas se describan lugares por ese motivo, pero da a entender que la trama transcurre fuera de España. Todos sus personajes tienen nombres como Richard McAllen, James Fisher o Devon Cox. Es posible que la intención de la autora sea hacer su historia más creíble a los lectores que, hoy por hoy, estamos acostumbrados a la lectura de libros traducidos.
La novela, entre otras cosas, nos reserva una sorpresa final interesante para quien se anime a descubrirla.
SINOPSIS: Richard McAllen, un hombre que lo tenía todo. Hasta que perdió la cabeza. Literalmente. James Fisher intenta averiguar qué es, lo que ha separado sus ideas de sus músculos. Pero Emily McAllen aparece. Es preciosa y está destrozada por la muerte de su marido.
Devon Cox es joven y brillante, una estrella del cuerpo que llega para resolver casos como churros…
BIOGRAFIA: Yaiza Cabrera descubre su verdadera vocación por la palabra escrita desde la infancia.
Estudiante de derecho, reparte el tiempo entre su facultad y su Staedtler.
A sus 19 años, su imaginación, y su talento le han valido varios premios literarios.
En el año 2010 escribe un relato corto, “Manhattan, derecho a amar”, que consigue el Premio Ramón Muntaner de narrativa. Originando su gusto por la novela negra.
Empezando a desarrollar el género en el 2012. Cuando escribe y edita de forma autónoma, su primera novela, “Cuando avergüences al diablo”. Cuyos beneficios destina a ayudar a la Asociación Española Contra el Cáncer.
@lecturaderamon
@ramoncerda
by Ramón Cerdá | May 21, 2014 | Blog, Consejos para escritores |
Como escritor, sé que te será difícil, pero que no te obsesione publicar. Aunque no publiques inmediatamente tu primer libro, sigue escribiendo otros.
No nos engañemos, ¿qué novelista no sueña con ver publicada su novela? Una novela que permanece en el cajón es un cadáver, o con suerte, un zombi que de tanto en tanto se sacude el polvo y puede que algunos gusanos, para que un amigo, más o menos íntimo del autor, le de un repaso para luego acabar de nuevo en su cruel y anodina tumba de madera.
Hay un axioma que no sé si lo he leído en alguna parte o me lo acabo de inventar que dice: «Una novela no existe hasta que no ha sido publicada». Pero evidentemente las editoriales no tienen capacidad, ni pueden, ni les interesa publicar todo lo que se escribe. Hemos de ser conscientes de que hay cosas que son totalmente infumables desde el punto de vista de la editorial comercial, claro que también hay muchas de esas novelas, a priori impublicables, que se editan por el simple hecho de haber sido escritas en una lengua distinta al castellano, como puede ser el catalán/valenciano, el gallego o el euskera… ¿por qué? Por el simple hecho de que durante mucho tiempo han existido subvenciones que cubrían gran parte de los costes de publicación por la única circunstancia de que con ello se difundía una lengua en concreto. Si esas subvenciones han servido para que obras que de otro modo nunca se hubieran publicado, hayan acabado en imprenta, bienvenidas sean, pero lo cierto es que yo nunca he sido partidario de la subvención de la cultura, ni de la cultura de la subvención.
La imposibilidad de que las editoriales publiquen a todos los autores puede que esté —entre otros factores— en que haya demasiados. Es mucha gente la que escribe, y la sensación es que cada vez somos más los que nos ponemos frente al ordenador para contar nuestras historias. Pero puede que eso no sea exactamente así, tal vez la sensación de que somos demasiados esté ocasionada por el hecho de que, gracias a las redes sociales nos damos cuenta de que mucha es la gente que escribe, gente de la que antes no sabíamos nada, pero no es algo nuevo, Robert Louis Stevenson ya decía en su época que: «hay una plaga de escritores prescindibles, empeñados en publicar cosas que no interesan a nadie, y encima pretenden que la gente los lea y pague por ello».
No obstante, hoy en día cualquiera puede ver su obra publicada porque para eso han surgido una serie de editoriales que le cobran al autor los costes de unas ediciones de pocos ejemplares para que vean la luz. He de confesar que yo no era, hasta que decidí publicar Las voces de las hormigas, muy partidario de la autoedición, pero admito que siempre he pensado que a veces, no es que sea la mejor opción, sino que es la única que el autor tiene de ver, en cierto modo, su sueño cumplido, aunque ese sueño acabe en pesadilla económica.
En el próximo post hablaré de las distintas opciones de publicación, pero de momento recuerda: Que no te obsesione publicar y sigue escribiendo.
@lecturaderamon
@ramoncerda
by Ramón Cerdá | May 18, 2014 | Blog, Consejos para escritores |
Cuando escribas un libro, revísalo y luego deja reposar el texto antes de corregirlo. Es interesante verlo desde otra perspectiva antes de la corrección definitiva.
La primera corrección a fondo que realizo de mis libros la hago transcurrido como mínimo un mes desde su finalización, a veces incluso más, las revisiones que se hacen de forma inmediata sirven de bien poco porque uno es incapaz de ver sus propios errores y pasa sobre ellos una y otra vez sin reconocerlos. El procedimiento que sigo en este aspecto es el siguiente:
1.- Cada día, antes de ponerme a escribir, reviso sobre pantalla lo escrito el día anterior, aplicando ciertas correcciones sobre la marcha, modificaciones, ampliando, eliminando cosas, etc.
2.- Una vez terminado el primer borrador de la novela, hago una revisión inmediata de todo el texto incluyendo más correcciones y modificaciones. Esta revisión completa también la hago sobre la pantalla del ordenador, sin llegar a imprimir nada en papel.
3.- Imprimo ese primer borrador ya corregido que será el que depositaré en el Registro de Propiedad Intelectual, aunque no sea el texto definitivo que luego se publicará.
Dejar reposar el texto antes de corregirlo
4.- Luego viene ese primer reposo entre uno y dos meses para, en cierto modo, desvincularme voluntariamente de mi obra y de mis personajes, y hago otra corrección, la primera sobre el papel impreso, que da como fruto un segundo borrador. La tendencia en este punto siempre es eliminar parte del texto, además de corregir más errores. Hay autores que afirman que lo correcto es que en esa fase de la corrección se debería eliminar al menos el diez por ciento del contenido. He de ser sincero y admitir que yo elimino mucho menos. Creo que a un texto, por mucho que se revise, siempre le quedará algo por corregir o modificar. Solo he sido capaz de eliminar hasta un veinte por ciento del texto en reescrituras posteriores después de haber transcurrido más de una década desde la creación original. Ha sido el caso de La habitación de las mariposas y de El encantador de abejas, ambas novelas completamente reescritas en la actualidad y cuyas versiones originales ya no están disponibles salvo en mercadillos de segunda mano y en alguna librería olvidada.
5.- Normalmente no doy a leer lo que escribo cada día, es otro de los motivos por los que no me gustan los talleres de escritura donde a diario se leen y comentan los textos escritos, quedando excesivamente influenciados por opiniones que no siempre son mejores que las de uno mismo. Lo que leen mis primeros lectores es el primer borrador, o a veces el segundo. He de admitir que esto no es casual; en mis primeras novelas compartía los textos sobre la marcha, pero he aprendido que eso no es conveniente porque uno acaba influenciado por mil comentarios y a veces pierde su propia perspectiva de la historia queriendo «quedar bien» con todo el mundo. Ahora ya lo tengo claro: primero el novelista tiene que escribir su propia novela sin compartirla con nadie, ya habrá tiempo de cambiarla entera si es necesario. La historia es tuya y solo tú tienes derecho a completarla como mejor te plazca, y únicamente dejará de ser completamente tuya cuando los primeros lectores la lean. Poco antes de escribir la segunda versión ampliada de Quiero ser novelista, acababa de terminar mi undécima novela, la primera en la que compartía autoría: Tierra de libélulas, basada en el guion cinematográfico El desentierro, de Nacho Ruipérez. Nacho me estuvo insistiendo durante los meses en que estuve trabajando en la adaptación, en que le fuese pasando cosas escritas, borradores, descripciones de personajes, capítulos enteros… Solo le di unas pocas páginas al principio como prueba de que había comenzado el trabajo… y eso fue todo. A pesar de que la historia original era suya, ha tenido que esperar a que se terminase el primer borrador para poder leerla entera. Haberlo hecho de otro modo hubiera sido un caos y me habría influenciado más de lo que yo estaba dispuesto a dejarme influenciar, y la única manera de evitar estas cosas es guardar a buen recaudo todo lo que se va escribiendo y modificando en el día a día, hasta que la historia llega a su fin. Creo que fue Arturo Pérez Reverte quien dijo: «No pidas consejos. Unos te dirán exactamente lo que creen que deseas escuchar; y a otros, los sinceros, los apartarás de tu lado. Esta carrera de fondo se hace en solitario. Si a ciertas alturas no eres capaz de juzgar tú mismo, mal camino llevas. A ese punto solo llegarás de una forma: leyendo mucho, intensamente. No cualquier cosa, sino todo lo que necesitas. Con lápiz para tomar notas, estudiando trucos narrativos —los hay nobles e innobles—, personajes, ambientes, descripciones, estructura, lenguaje. Ve a ello, aunque seas el más arrogante, con rigurosa humildad profesional. Interroga las novelas de los grandes maestros, los clásicos que lo hicieron como nunca podrás hacerlo tú, y saquea en ellos cuanto necesites, sin complejos ni remordimientos. Desde Homero hasta hoy, todos lo hicieron unos con otros. Y los buenos libros están ahí para eso, a disposición del audaz: son legítimo botín de guerra».
Esos primeros lectores —cuatro o cinco nada más— a los que les entrego a cada uno de ellos un ejemplar encuadernado en gusanillo, me los devuelven con sus notas, con los errores detectados, con comentarios, sugerencias… Con todo eso elaboro el tercer borrador de mi novela que es el que envío a las editoriales —últimamente ya no envío originales a las editoriales— después de haberlo releído de nuevo y hecho nuevas modificaciones y correcciones, que como digo, siempre las hay… y siempre las habrá por muchas veces que se revise.
Si ya dispongo de una editorial dispuesta a publicarlo, será ahora el corrector de la editorial quien hará una revisión exhaustiva de la novela y me la enviará con esas correcciones a las que yo debo dar el visto bueno. Esa operación puede repetirse varias veces porque suelo incluir nuevas modificaciones que requieren otras tantas revisiones; una auténtica psicosis en busca de la perfección que nunca se alcanza. Todo hasta llegar a un texto —que nunca podemos llamar definitivo— que es el que se va a publicar después de pasar por maquetación e imprenta. Esa ha sido la táctica en las novelas publicadas por ECU-Narrativa: La habitación de las mariposas, El fantasma de los sueños, El encantador de abejas y El príncipe de las moscas. Después de El príncipe de las moscas llegó Las voces de las hormigas, momento en que decidí tomar otro camino.
Normalmente en ediciones siguientes se realizan nuevas revisiones. Concretamente en La habitación de las mariposas, el texto es el mismo en las primeras cuatro ediciones y aparece una revisión mayor a partir de la quinta, hasta que por último fue totalmente reescrita para la sexta edición. Ahora estoy trabajando en la séptima edición que posiblemente (solo posiblemente) sea la versión definitiva con un radical cambio de portada y la recuperación del que fu su primer subtítulo: Más allá de la clonación.
Otras novelas mías —Confieso, Recuerdos, Aldea…— han sufrido revisiones más a fondo a partir de la segunda edición. En esas cosas cada novela es un mundo y sus vidas pueden ser muy distintas.
Hay autores que deciden desentenderse de sus obras una vez escritas o una vez publicadas. Tal es el caso de Alberto Vázquez-Figueroa que afirma no haber vuelto a leer nunca sus libros. Yo soy incapaz de tal cosa y cada nueva edición implica, al menos, una nueva lectura.
@lecturaderamon
@ramoncerda
by Ramón Cerdá | May 15, 2014 | Libros Leídos, Reseñas |
Laura Mollá
Thriller jurídico
Editorial: EL FANTASMA DE LOS SUEÑOS
ISBN – 978-84-15799-21-4
Año de esta edición 2014
Páginas 294
BREVE RESEÑA: Cuando Laura me dijo que había escrito una novela, debo admitir que me sorprendí, como de hecho sé que les ocurrió a muchas de las personas de su entorno que nada sabían de sus inquietudes al respecto. Que era asidua y constante lectora era sabido por todos, y que uno de sus autores favoritos era y sigue siendo John Grisham, creo que también somos muchos quienes lo sabemos de antaño, pero de ahí a que diera el salto y se pusiese al otro lado de la frontera entre lector y novelista…
Licenciada en derecho en activo y gustándole John Grisham, lo que ya sorprende menos es que, puestos a escribir, nos obsequiara con una novela de tinte jurídico donde ella se nota que se mueve con comodidad (alguien dijo una vez que uno tiene que escribir de lo que sabe y conoce, y Laura sabe de estas cosas). Una novela que, además, es muy actual, aunque no creo que pase de moda pronto; una novela que trata de la corrupción y de la vanidad del hombre, del peligroso sentimiento de creerse intocable y poder hacer lo que uno quiera con completa inmunidad sin apenas ser consciente de las ilegalidades que se cometen a diario. Esa sensación que parece haber campado durante décadas entre nuestro políticos corruptos y todo su entorno empresarial más cercano, creando camarillas para enriquecerse unos a otros. De eso va la novela, de corruptelas, de vanidades, de relaciones humanas, algo de investigación, y más vanidad, siempre la vanidad… Vanitas Vanitatum.
SINOPSIS: ¿Puede la vanidad hacer temblar los pilares éticos de la abogacía?
Bajo la apariencia de legalidad en el asesoramiento empresarial, subyace un complejo entramado de fraudes laborales en los que se verán implicados cargos políticos y del sector de la abogacía.
BIOGRAFIA: Nacida en Ontinyent, 1975, licenciada en Derecho, ejerce desde el año 2000. En 2004 fundó GMR Management y Servicios Jurídicos, despacho profesional especializado en asesoramiento jurídico laboral, management para PYMES y despachos. Aficionada al thriller jurídico quiere, con esta, su primera novela, involucrar al lector en una trama jurídica donde el dinero prevalece sobre los principios éticos y morales de sus protagonistas.
@lecturaderamon
@ramoncerda
by Ramón Cerdá | May 14, 2014 | Entrevistas |
El pasado día ocho de mayo, en Radio Lorquí, después de dos buenas entrevistas, una a Victor Manuel Mirete Ramallo y otra a un servidor, los micrófonos de la radio se quedaron abiertos (no diré accidentalmente aunque yo no me di cuenta hasta un rato después) mientras elucubrábamos sobre el futuro del libro, sobre si el e-book sustituiría definitivamente al libro en papel o no. Éramos poca gente pero las opiniones estaban divididas, como en cualquier buen debate. En mi caso soy más de pensar que la batalla no está todavía del todo perdida y que los libros en papel aún pervivirán durante algunas décadas. Espero con sinceridad que la desaparición, si existe, no afecte a mi generación. No me gustaría vivir la total desaparición de los libros en papel cuando me han estado acompañando toda la vida. Lo que ocurra tras mi marcha ya será cosa de las nuevas generaciones, pero mientras yo tenga alguna relación con los libros quisiera poder seguir disponiendo de ellos a mi antojo. Y no me refiero solo a viejas ediciones conservadas en bibliotecas y museos, sino a que se sigan editando nuevos libros en papel. Tal vez por eso me pareció tan interesante la tertulia sobre el libro en papel y el e-book.
Y puede también que por eso me decidiera hace algún tiempo a montar una imprenta y una editorial, para, de algún modo, contribuir a la pervivencia del libro tal y como yo lo conocí al poco de nacer. Unas gotas de romanticismo y otras tantas de nostalgia entre páginas de papel garrapateadas de tinta negra (o de color).
Sé que hay muchos detractores del libro en papel; en la tertulia teníamos al amigo Jesús Ángel como buen ejemplo de ello, un defensor a ultranza del libro electrónico y de la transmisión telepática del conocimiento sin necesidad de soporte alguno, pero permítanme estos detractores conocidos y los no conocidos, seguir disfrutando de uno de mis mayores placeres: leer un libro mientras lo sostengo en la mano y siento su tacto y su aroma mezclado con historias.
Tertulia sobre el libro en papel y el e-book
Recomiendo ver el video aunque sea un poco largo:
by Ramón Cerdá | May 3, 2014 | Blog, Consejos para escritores |
Si quieres dedicarte a escribir, no olvides LEER, LEER, LEER…
No se trata de que debas o quieras copiar a los demás, se trata de que leer es la mejor manera de aprender a escribir. He conocido a gente que quería dedicarse a escribir y que apenas había leído unos pocos libros en su vida. Eso no es posible, o al menos yo no lo veo viable de ninguna de las maneras; es una contradicción por sí misma. Aprenderás mucho más leyendo libros que acudiendo a clases teóricas de escritura.
Personalmente creo que leí mi primer libro de los de verdad, de los «de mayores», a los ocho años; puede que antes. Se trataba de El Conde de Montecristo en tres tomos rojos encuadernados en tapa dura con inserciones doradas en las tapas, papel crema basto, reseco y oscurecido por los años, con letra pequeña, casi minúscula y sin ilustraciones, ni siquiera en la portada. Olía a polvo, todavía recuerdo ese aroma, mezcla de papel, tinta y tiempo. Era de mis padres y llevaba muchos años en casa, seguramente mucho más tiempo que yo, pero creo que fui el primero que se adentró en sus páginas. Me sumergí de inmediato y por completo en las tribulaciones del personaje principal: Edmundo Dantés, y estoy seguro de que ese libro fue la primera semilla de mi futuro novelístico. Luego seguí leyendo algunos libros de aventuras cuyos títulos no recuerdo, y sobre todo literatura juvenil, ilustrada o no, y cosas de poca enjundia. Creo que fue en 1977 cuando definitivamente me incliné por la novela contemporánea y casi todo lo que leía iba en esa línea. Los libros que más me influyeron en esa segunda época literaria de mi vida fueron Tiburón de Peter Benchley y Pelham Uno, Dos, Tres de John Godey, libros que leí en aquel verano del 77 y he releído varias veces porque para mí siempre serán fundamentales, y no porque sean ni mejores ni peores que otros, sino porque son los primeros que me impresionaron y marcaron a fuego mi alma de novelista. Actualmente yo puedo leer entre setenta y ciento cincuenta libros al año, solo alguno de los cuales calificaría de muy bueno, unos pocos no pasan de ser interesantes, y muchos son los que apenas me aportan nada, además de algunos sencillamente nefastos, pero incluso esos que no me aportan casi nada, dejan algo dentro de mí, y de todos se acaba teniendo una influencia —no siempre positiva—.
Soy de los que piensa que cuando uno escribe una novela, en esa novela siempre hay algo de los últimos cien libros leídos, alguna pincelada, alguna expresión, algún giro en uno de los personajes, una sonrisa, una lágrima, una sensación…
Si no estás dispuesto a dedicarle muchas horas a la lectura, de manera continuada, dudo mucho que tu verdadera vocación sea la de escribir. Por eso este es siempre mi primer consejo para los que me preguntan sobre qué tienen que hacer para convertirse en escritores.
No me canso de repetirlo: Si quieres dedicarte a escribir, LEE.
@lecturaderamon
@ramoncerda
by Ramón Cerdá | May 1, 2014 | Blog, Consejos para escritores |
«Para escribir no hay más que tres reglas, pero nadie sabe cuáles son». Somerset Maugham
Hace algún tiempo una amiga a la que conocí gracias a Facebook, me pidió que resumiera en un breve decálogo mis consejos para otros escritores. La petición me pilló un poco de sorpresa porque nunca había pensado en ello de manera analítica, y tampoco pensé que a nadie le importara mi opinión sobre el tema, pero lo cierto es que me bastaron unos minutos para mirar dentro de mí y sacar mis conclusiones al respecto. Los siguientes diez puntos son los que textualmente le remití en aquella ocasión para que los publicase en su blog: 1.- Si quieres dedicarte a escribir, no olvides LEER, LEER, LEER. 2.- Cuando escribas un libro, revísalo y luego déjalo reposar un tiempo. Es interesante verlo desde otra perspectiva antes de la corrección definitiva. 3.- Como escritor, tu meta será la de publicar, pero que no te obsesione. Aunque no publiques inmediatamente tu primer libro, sigue escribiendo otros. 4.- Nunca abandones ni dejes de escribir. Te arrepentirás. 5.- Que no te obsesionen las florituras. Escribe como eres. Ya irás mejorando tu estilo con el tiempo, pero para ello, recuerda el punto 1 de este decálogo. 6.- Acepta las críticas de tus lectores, pero no quieras cambiar cada vez que alguien te diga que no le gusta algo de lo que escribes. No pretendas conseguir el libro perfecto que les guste a todos. Ten en cuenta las críticas, pero no pienses que todo el mundo es experto menos tú. 7.- Promociona tus obras por tu cuenta. Prepara tu propia página web, hazte un perfil en Facebook y/u otras redes sociales. Publica un blog… Que no te avergüence escribir ni hablar de ello. 8.- Envía tus manuscritos a editoriales y no desesperes cuando te los devuelvan. A veces te darás cuenta de que ni siquiera se los han leído y ya te los habrán rechazado. Será frustrante solo si tú dejas que lo sea. A tal efecto mira las condiciones de las editoriales; algunas de ellas no quieren el manuscrito completo sino que quieren una sinopsis y un par de capítulos. Te parecerá una tontería —a mí siempre me lo ha parecido—, pero es la única forma de que te acepten al menos leer algo. Al final tampoco suele servir de nada, pero no dejes de intentarlo y volverlo a intentar. 9.- Preséntate también a concursos literarios aunque pienses que tus obras no alcanzan la calidad o requisitos necesarios. Precisamente en los concursos literarios siempre habrá alguien que te lea. Si no ganas, nadie sabrá que te has presentado 10.- Cada uno tiene su estilo, pero yo personalmente recomendaría que trabajaras a los personajes. Dales vida y ellos mismos te ayudarán en el desarrollo de tu novela. Acabo de releerlos y me siguen pareciendo apropiados. Creo que tuve un puntito de inspiración en el momento de redactarlos y plasmé en síntesis lo más importante. En un próximo post incluiré algunos más que escribí posteriormente, y también los iremos analizando uno por uno. @lecturaderamon @ramoncerda
by Ramón Cerdá | Apr 27, 2014 | Blog, Consejos para escritores |
En más de una ocasión he comentado no ser partidario de los talleres de escritura, lo cual no quiere decir que los desaconseje en todos los casos; solo matizo que en muchos de ellos, a los autores se les quiere inculcar un modo encorsetado de enfrentarse al proceso de escribir, y eso no es bueno. Se quiere dar a entender que solo hay una forma de hacer las cosas, como si el hecho de escribir una novela tuviera que seguir una norma matemática o una fórmula científica. El problema, a veces también está en quien se apunta a uno de esos talleres pensando que ahí aprenderá a escribir su novela… Está claro que se le podrán dar algunos consejos, eso es evidente (a veces buenos y otras no tan buenos), pero el asistente al taller no puede esperar salir de allí con la fórmula mágica bajo el brazo para escribir su primer superventas.
En este blog yo también me atreveré a dar mis consejos, pero insisto ya desde el principio que se trata de eso, de consejos, basados en mi experiencia personal y que no tienen por qué ser siempre válidos para todos los demás. Cada cual debe empezar a escribir desde su propia perspectiva e ir experimentando. Oír los consejos de los demás siempre será positivo si uno tiene un mínimo de espíritu crítico que le permita discernir entre lo que le interesa aplicar y lo que no. Desde esa filosofía me he embarcado en este nuevo blog. Una de las cosas que defienden muchos escritores (y numerosos talleres de escritura) es que se necesita trabajar en una estructura detallada de la novela antes de empezar a escribirla, que si el guion, que si la escaleta… que si el estudio en profundidad de los personajes… todo eso está bien, pero no es la fórmula mágica que muchos buscan. Hay otra corriente de autores (entre los que me incluyo), que no trabajan de ese modo sus novelas. ¿Es incompatible una cosa con la otra? Entiendo que no, incluso un mismo autor puede, en un momento dado escribir una novela de un modo y hacer algo radicalmente distinto en el siguiente. Lo que quiero decir es que la escaleta y el estudio de personajes no es algo imprescindible, y no solo eso, sino que a veces puede convertirse en el peor enemigo del escritor.
Dicho esto, tampoco quiero desacreditar esos métodos; métodos que pueden irle muy bien a unos… pero no a otros.
Mi consejo es que como escritor, experimentes de todas las maneras posibles hasta encontrar tu método… el tuyo y no el de los demás, como encontrarás tu estilo propio con el tiempo.
Talleres de escritura – A continuación, he extraído algo relacionado con este asunto, de mi libro Quiero ser novelista… independiente, que creo que puede interesar:
Siempre me he considerado una persona autodidacta, y todo lo que he hecho en mi vida ha sido por iniciativa propia siguiendo unos caminos que a veces otros habían abierto y recorrido antes, y a veces yo mismo los he ido abriendo o bifurcando, pero tanto en unos casos como en otros, sí que puedo decir con orgullo que los he recorrido siempre a mi manera, con mi propio bagaje, intentando llevar conmigo el menor número posible de molestos e innecesarios prejuicios. Puedo haberme equivocado, corrijo, me he equivocado en muchas ocasiones, pero he sabido rectificar, al menos tantas veces como me haya podido equivocar previamente. Soy de los que piensa que también de los errores se aprende, y de los que cree que, se aprende más tentando al destino que siguiendo pulcramente las instrucciones de los demás. ¿Quiere eso decir que desprecio a los maestros o a aquellos de los que se puede aprender? Para nada, si fuese así tampoco estaría escribiendo este libro. Creo que las experiencias de los demás nos pueden ser muy útiles y nos pueden ahorrar mucho trabajo, pero en esto hay que tener un gran cuidado, porque si nos limitamos a seguir el camino abierto por otros, nunca descubriremos nada nuevo y el mundo detendrá su evolución.
Alguien dijo una vez: «si únicamente sigues el camino trazado, solo llegarás a donde otros ya han estado».
Todos tenemos la obligación de curiosear a nuestro alrededor, de buscar puertas olvidadas o atrancadas, de abrirlas o incluso forzarlas, y ojear en el otro lado, de atrevernos a experimentar y de poder analizar todo eso para seguir evolucionando como personas. En otras palabras y como dijo alguien hace mucho tiempo: «si te dan papel pautado, escribe por el otro lado».
Tampoco quiero decir con todo esto que no vea útiles, hablando del mundo literario, los talleres de escritura, aunque yo nunca he participado en ninguno ni tengo previsto hacerlo en el futuro. Personalmente soy de experimentación y praxis, y no me gustan las teorías, no me gusta verme limitado, y siguiendo esa vena autodidacta que me inquieta, he preferido lanzarme al ruedo como espontáneo antes que como torero; no sé si al final tendré que comprarme el traje de luces o no, pero de cualquier modo, habré toreado, y discúlpenme por el símil los antitaurinos, pero es el primero que me ha venido a la cabeza.
Así que ahora, apenas comenzado el libro, llega el primer desengaño para el lector: no voy a hablar de los talleres de escritura en este libro. Solo decir que existen, que puedes buscarlos por internet y puedes participar en tantos como quieras, y posiblemente aprendas mucho de ellos, unos son gratuitos y otros no. Unos consejos al respecto:
1.- No creas todo lo que te digan en ellos.
2.- No permitas que limiten tu imaginación ni tu forma de ver lo que puedes plasmar en un libro escrito por ti.
3.- Experimenta por tu cuenta, no te dejes encorsetar ni permitas que apaguen tu imaginación, sería un error que podría no tener marcha atrás.
Personalmente pienso que un novelista —permíteme que a lo largo del texto utilice este término como sinónimo de escritor— no se fabrica, por supuesto puede y debe mejorar con el tiempo, pero es algo que uno lleva implantado en algún oscuro rincón del cerebro a modo de un chip de iridio de origen alienígena desconocido, y creo que se nace con ello, lo que ocurre es que uno a veces tarda años en darse cuenta de que lleva dentro de él ese minúsculo implante que le permitirá crear sus propias historias y compartirlas con el resto del mundo. Pero si eso no está dentro de ti, aunque esté muy escondido y sea minúsculo, ningún taller de escritura podrá dártelo. Es algo que no se puede comprar ni regalar.
¿Te he desanimado con mis palabras? Espero que no. Si tienes la inquietud de escribir es porque de un modo u otro esa semilla ya está en tu interior —supongo—, solo debes dejar que aflore, buscarla si es necesario. Seguro que ese maldito chip lo tienes escondido por alguna parte. Escarba hasta encontrarlo.
@lecturaderamon
@ramoncerda
by Ramón Cerdá | Apr 2, 2014 | |
943 descargas | v1.1 | 1 June, 2014
Download
Consuelo el Espiritista y el enigma del santero
DESCARGA GRATIS el libro completo. 943 descargas
¿A quien va dirigida la nueva colección?
Por supuesto la colección búho verde va dirigida a mis lectores de siempre, pero sin duda abre las puertas a un público más juvenil, por eso no debe extrañar que en alguna de las portadas pueda aparecer la palabra «juvenil». Todo tiene su porqué. El tipo de narración, tipo de historia y cómo está contada, que sean más cortas y también con menos personajes; todo ello las hace más accesibles a otro tipo de público, no menos inteligente, pero sí con otros conceptos de lectura. Espero por lo tanto que la nueva colección guste tanto al público adulto como al más joven.
El origen de la colección búho verde
Consuelo el espiritista es sin duda mi personaje más emblemático. Apareció por primera vez en La habitación de las mariposas y fue el motivo de que dicha novela se acabara transformando en el inicio de una trilogía, apareciendo Consuelo en las dos siguientes, también como personaje secundario.
Desde entonces ha tenido apariciones de distinto calado en otras de mis novelas, hasta llegar a La mirada del búho, donde compartía protagonismo con el comisario Gregorio y el bloguero Gabo.
Llegados a ese punto, la química entre los tres personajes fue tal, que decidí darles una vida continuada. De ahí que naciera mi proyecto de la colección búho verde: novelas cortas protagonizadas por estos tres personajes y narradas en primera persona por el propio Consuelo.
El enigma del santero es la primera de ellas, pero habrá muchas más que irán apareciendo en formato electrónico y en papel.