Luis Quiñones Cervantes – entrevista

Luis Quiñones Cervantes – entrevista

Preguntas personalizadas a Luis Quiñones:

1.- No quiero hacer ningún spoiler de tu novela, ¿pero qué nos puedes contar de tus motivos para elegir a Ricardo Reyes como centro de la historia?

Era un personaje universal muy vinculado no solo con la historia de España, sino también con mi propia historia como lector. Sin embargo, no quise hacerlo protagonista de nada, es una excusa para contar cómo la vida de un hombre que no es nadie podría haber influido en nuestra historia. A su modo, también Ricardo Reyes es un fantasma que me ha ido persiguiendo durante mucho tiempo a mí como lector suyo. Y más que el centro de la historia, es un personaje que cambia la vida del protagonista, como a mi personaje le cambia su vida el viejo Oswaldo, que me cuenta su historia.

2.- ¿La trama tiene mucho de histórica? ¿O solo te has inspirado en el marco histórico para desarrollar tu propia historia?

Siempre utilizo la historia como materia novelable. Me interesa la realidad y las relaciones que hay entre los individuos y los acontecimientos históricos, y entre los individuos y el devenir de nuestro presente. Me gusta mezclar personajes reales e imaginarios, e intentar borrar los límites entre ficción y realidad. De esta mezcla también surge la mezcla de géneros: novela policiaca, novela histórica, la biografía, el ensayo… La Historia con mayúscula cumple la doble función de marco del argumento, pero también un punto de partida para reflexionar sobre la memoria, el pasado y sobre los mecanismos del poder, lo que es una constante en casi todo lo que he escrito.

3.- No he podido evitar hacer una paralelismo entre tú como escritor y uno de los personajes de la novela, encargado de contar la historia. ¿Te identificas con él de alguna manera?

No es que me identifique con ese personaje, es que soy yo mismo. En general, hay mucho de lo que somos en todo lo que escribimos. Que yo sea un personaje de la novela hace que la ficción y la realidad se diluyan aún más. En el fondo es un juego de espejos divertido que pretende retar al lector y, sobre todo, que me parece que literariamente funciona muy bien, porque permite que, como sustrato de la historia, esté el cómo se escribe una novela, a qué juegan los escritores cuando se ponen a construir un relato.

4.- ¿La historia daba para más de 214 páginas o crees que has contado todo lo que había que contar? ¿Hay prevista alguna continuación?

Cuando escribo no me planteo ni el tamaño ni si las historias quedan completamente cerradas o poseen finales más abiertos. Estoy casi seguro de que no habrá continuación. Aunque todo aquello que no dice una novela es también una forma de decir. Quizás en esta historia, los silencios sean igual de importantes que lo que los personajes y el narrador cuentan.

5.- Con la publicación de esta ¿tercera? novela, ¿crees haber avanzado en tu carrera literaria de un modo especial? ¿Qué tiene esta novela que no tienen tus obras anteriores?

Estoy seguro de que es un salto importante. La Editorial Algón está siendo especialmente entusiasta con el libro y está siendo recibida muy bien por los lectores. El no ser un escritor mediático, hace casi imposible que una novela que has escrito llegue a un público mayoritario. Poco a poco, desde que publiqué mi primera novela, en 2008, sé que se han ido incorporando lectores. El retrato de Sophie Hoffman y Los papeles de Madrid recibieron buenas críticas, aunque les faltó algo de impulso, al ser novelas bastante más complejas escritas por alguien que jamás había publicado un libro. Con Un hombre detrás de la lluvia creo que ofrezco una historia mucho más esquemática, menos compleja desde el punto de vista estructural y sorprendente por cuanto el lector no puede hacerse una idea de qué sorpresas guarda el libro.

 

Preguntas básicas:

1.-En tres líneas, una breve biografía tuya.

Cursé estudios de Filología Española por la Universidad Autónoma de Madrid. Y desde 2004, me dedico a la docencia, como profesor de Lengua y Literatura. En 2008 publiqué El retrato de Sophie Hoffman, y en 2013 Los papeles de Madrid, mi segunda novela. También mantengo mi blog Autobiografía por escribir desde 2006 y soy coeditor de La Ametralladora (revista cultural sin faltas de ortografía).

2.-¿Desde cuándo escribes?

No puedo poner fecha a algo que he estado haciendo desde que tengo uso de razón. Siempre digo que lectura y escritura son las dos caras de una misma moneda. Y que quizás escribo desde que descubrí la lectura. A la narrativa llego en 2008, con mi primera novela, pero desde mucho antes había escrito poemas, algunos publicados, y relatos.

3.-¿Estás trabajando actualmente con alguna nueva novela o proyecto? Háblanos un poco de ello.

Ando a revueltas con otra historia. La verdad es que no sé estarme quieto, siempre pienso que tengo algo que contar, y aunque estoy comenzando, estoy trabajando en otra novela que espero tener acabada en un par de años. Soy lento escribiendo. Y esta vez me asomo a la Transición, a través de un relato en negro.

4.-¿Qué opinas de la autoedición y de que algunos autores hayamos decidido ser independientes?

La autoedición es una opción muy válida, sobre todo teniendo en cuenta que es difícil publicar: el mundo de los libros está atravesando un momento complejo, no solo por la crisis económica, sino también por la irrupción de las nuevas tecnologías, la abundancia de escritores y una tendencia generalizada entre los editores y lectores a escoger obras que son meros productos mercantiles o que pueden serlo, a veces sin tener en cuenta la calidad literaria de las obras.
Por lo demás, aunque yo no he practicado nunca la autoedición, solo tengo que decir que yo también me considero un escritor independiente, por cuanto nadie para publicar me ha pedido escribir bajo ninguna consigna, y escribo como siento que lo tengo que hacer. Considerar «independientes» a los autores que se autoeditan puede resultar peyorativo para los escritores que no nos autoeditamos, porque al depender de una editorial no todos hemos perdido nuestra independencia, ni por supuesto trabajamos por encargo o a partir de directrices comerciales o ideológicas preestablecidas.

5.-¿En qué formato prefieres leer? Electrónico o tradicional ¿Tal vez el audiolibro?

Me gustan los libros, no lo puedo evitar. Leo en papel, pero también por una cuestión práctica y de espacio recurro al libro digital.

6.-Tu género predilecto (para escribir y para leer).

Me gusta la literatura, la buena literatura. No tengo géneros predilectos ni prejuicios de ningún tipo. Me gusta la novela histórica, la novela policiaca, me gusta la literatura hispanoamericana, el siglo XIX, la poesía, el teatro, el ensayo… No tengo ninguna fijación en concreto. Al leer me ocurre algo parecido que al escribir, me gusta que la historia me deje llevar por los distintos géneros, me gusta confundirlos, y creo que a veces esas divisiones por géneros son categorías que están solo dentro de la cabeza de los lectores.

7.-¿Crees que el ebook sustituirá al libro en papel?

No creo que el ebook sustituya el libro, sin embargo por costes en la edición y producción de libros creo que cada vez se extenderá más su uso. Estoy seguro de que coexistirán.

8.-Háblanos de tu forma de escribir. ¿Sigues algún guión previo o haces fichas de tus personajes? ¿Te documentas?

Casi siempre antes de empezar a escribir suelo documentarme bien, y quiero creer que parto de una idea clara de lo que quiero escribir. La estructura de la novela es lo que quizás más trabajo me cuesta esbozar, porque suelo ser muy cuidadoso en eso. Me gusta también que lo que escribo suela ser fragmentario, para que el lector también participe en la reconstrucción de la historia con la lectura, y vaya «completando» los huecos que van quedando en la narración.

9.-¿Tienes preparada toda la historia antes de empezar a escribir o improvisas?

No suelo improvisar, sin embargo, a veces la propia historia te va conduciendo a situaciones que no tenías previstas y que hay que resolver sobre la marcha. A veces surgen problemas que no habías imaginado. Me resulta complicado tener todo «atado» cuando me pongo a escribir, y supongo que eso me pasa en todos los órdenes de la vida…

10.-¿Tienes tus rutinas y horarios para escribir o eres un escritor caótico e indisciplinado? Háblanos de tus manías relacionadas con esto.

No tengo grandes manías. Muchas de ellas forman parte del personaje que se crean los escritores para hablar de ellos mismos. Escribo cuando puedo, suelo ser disciplinado y aprovecho sobre todo las noches y las vacaciones para escribir, ya que compatibilizo la escritura con mi trabajo.

11.-¿Tienes previsto vivir del oficio de escribir? ¿Lo compaginas con otras actividades remuneradas?

Vivir de escribir es casi imposible. De hecho, se podrían contar con los dedos de la mano los escritores que viven solamente de las ventas de sus libros. La mayoría de escritores tienen que compatibilizar la literatura con otras actividades, como en mi caso es la docencia. No me quejo de ello ni mucho menos. Vivir de la literatura enseñándola es una suerte para mí y solo puede decir que me apasiona.

12.- ¿Qué piensas de que los lectores no valoren el esfuerzo de los escritores? Me refiero a que cada vez más, busquen (incluso exijan) lecturas gratuitas. ¿Tiene algo de culpa de esto el libro electrónico? ¿Tendría que ser la literatura un bien común y los autores no deberíamos cobrar nunca por nuestro trabajo?

No creo que todos los lectores no valoren el trabajo de escribir una novela. Sí que es cierto que la gratuidad o el pirateo están fomentando la sensación de que hacer un libro (escribirlo y también editarlo) no cuesta dinero ni esfuerzo, lo que es radicalmente falso. La cultura digital tiene que ver con eso, pero también la actitud de algunos lectores que exigen a las editoriales y a los autores lo que no son capaces de exigir a los gobernantes a los que votan, exigiéndoles mejores bibliotecas con más fondos, un mayor apoyo al sector editorial o la bajada del IVA cultural, por poner solo tres ejemplos.

13.- ¿Envías tus manuscritos a las grandes editoriales? Si es así, ¿qué piensas cuando no te contestan o lo hacen con un escrito modelo y piensas que ni siquiera se han leído tu novela? Cuéntanos algún desengaño que hayas tenido en el mundo editorial.

Tengo que admitir que he tenido la tentación de hacerlo, por supuesto. Mentiría si dijera que no. Con la segunda novela que publiqué lo intenté; con la primera novela no hizo falta, porque, aunque suene raro, la primera editorial a la que envié el manuscrito me dijo el «sí quiero». Por tanto, no tuve que buscar mucho. En el caso de Un hombre detrás de la lluvia, me limité a editoriales medianas y pequeñas. Me consta que determinadas editoriales no juegan a los dados con el universo literario, y solo leen obras de autores con nombres y apellidos, que puedan garantizar un número de ventas determinado. Siempre digo que si vendiera miles de ejemplares de mi novela, el mérito no sería mío, sino de la editorial que ha apostado por llevarme a las estanterías de las librerías, arriesgando su marca, su prestigio y su dinero. Por suerte todavía hay quien apuesta por los libros, con independencia de quién los haya escrito. Y eso, desde luego, escritores como yo, que no tenemos detrás una gran maquinaria publicitaria, hemos de agradecerlo.
¿Desengaños? Tengo que admitir que no he tenido ninguno reseñable. Tal vez solamente se engañe quien no quiera ver que la literatura es un negocio. Y que solamente publicarán en esas editoriales autores que garanticen el éxito, aunque sea un éxito bobo.

14.- ¿Participas en concursos de literatura? ¿Qué opinas de ellos?

No suelo participar en premios. Durante algún tiempo sí presenté algún manuscrito. No obstante considero que muchos de ellos están dados de antemano, y ni garantizan el anonimato ni que el premiado tenga calidad literaria. Por supuesto, no todos; hay premios que son serios. Pero es notorio que detrás de muchos, lo único que hay son campañas publicitarias. He leído novelas premiadas pésimas, y bien conocida ha sido la polémica de un editor que, no hace mucho, afirmó que publicaba libros en su prestigiosa editorial de poetisas que eran guapas, con independencia de que fueran buenas o malas escritoras. Por lo tanto, hay que ver los premios con un sano escepticismo.

15.- Basándote en tu experiencia: déjanos un consejo para otros escritores.

No soy la persona más apropiada para dar consejos a nadie, y mucho menos a escritores. Supongo que cada escritor tiene que afrontar sus miedos, sus manías y sus propios textos con realismo y con sinceridad. Si tuviera que dar solo un consejo sería que hay que escribir por el placer de escribir, hacerlo porque uno cree en lo que hace, con el estilo con el que mejor se identifique, al margen de modas o tendencias, sin ni siquiera la pretensión de publicar. Lo más importante es disfrutar con la escritura.

16.- Brevemente: algunos autores y libros preferidos.

Es difícil hacer una selección. No puedo hablar de literatura sin pensar en Cervantes, pero en la misma proporción adoro a Galdós, la literatura francesa del XIX, y las novelas de Llosa, Cortázar, Carpentier y Márquez. Entre los españoles que tengo entre mis predilectos están Max Aub, Rafael Chirbes, Muñoz Molina, Javier Marías… Pero también hay escritores extranjeros que me han conmovido y que leo con mucho interés: Faulkner, Sartre o Capote son también para mí referentes. Y poetas, algunos fundamentales: Cernuda, Miguel Hernández, Vallejo, Neruda, Benedetti, entre otros muchos.

17.- El primer libro que recuerdes haber leído.

Me falla la memoria. No puedo acordarme, pero sé que algunas de las lecturas infantiles que me marcaron profundamente fueron entre otras, Momo, de Michael Ende, y un clásico para mí fascinante, La isla del tesoro, que también leí muy joven, junto con algún otro libro que conservo de aquellos años: Las aventuras de Tom Sawyer, de Twain, o Moby Dick, de Melville.

18.- El último que hayas leído o estés leyendo en la actualidad.

Estoy a punto de acabar La neblina del ayer, de Leonardo Padura. Pssss... ¡Que nadie me chive el final, que me quedan sesenta páginas!

19.- Alguien que te inspire.

No hay una musa inspiradora, ni mucho menos. A veces simples personas que me encuentro son capaces de evocarme algo que puedo llevar al papel; también lugares, países, viejas fotografías, imágenes que están sacadas de la cotidianidad más absoluta. Quizás sea desmitificadora esta respuesta, pero creo más en el trabajo que en la inspiración.

20.- ¿Te has enamorado alguna vez de tus propios personajes?

No sé si se puede hablar de amor, pero sí puedo decir que me he sentido muy obsesionados con ellos. El poeta que aparece en mi primera novela me absorbió muchos de mis pensamientos. El viejo Oswaldo de mi última novela, también. Pero si hubiera estado enamorado de alguien, por supuesto, hubiera sido de Juliet Binet. Quizás los lectores pronto descubran quién es…

21.- ¿Si tuvieras que ponerle banda sonora a tu último libro, cuál sería?

Algo de jazz; Sonny Stitt, por ejemplo, versionando Moonlight in Vermont, ¿no?

22.- ¿Se aprende a escribir o se nace siendo escritor?

Estoy convencido de que se pueden aprender técnicas, y no creo que todo sea genialidad ni mucho menos. Sin embargo, pienso que la mejor forma de aprender a escribir es leyendo, y leyendo mucho y haciéndolo además de manera crítica. Para mí es más importante leer que escribir, y siempre digo que no sé qué me gusta más.

23. ¿Vale la pena escribir?

Por supuesto. Aunque no tengo claro para qué sirve la literatura, solo puedo decir que mis libros me han ido dando pequeñas y grandes satisfacciones que no sé muy bien explicar en qué consisten.

24.- Esto de escribir puede considerarse una manera de inmortalidad. ¿Cómo te gustaría que te recordaran los lectores dentro de 100 años?

Jamás me he planteado esta pregunta, ni por supuesto jamás he pensado que lo que yo escribo sea una forma de inmortalidad. Si tengo que dar una respuesta a esta cuestión, solo puedo decir que con la cantidad de gente interesante que hay en el mundo, no creo que se me recuerde dentro de cien años.

25.- ¿Eres feliz al escribir?

Concibo otras muchas formas de felicidad: el amor correspondido, una cena con amigos, el trabajo bien hecho, un viaje, una siesta… Supongo que la escritura es otra forma de ser feliz, pero solo a ratos, a veces, puede tener un trasfondo de amargura.

 

@lecturaderamon

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