Balzac, de Stephan Zweig

Balzac, de Stephan Zweig
Reseña escrita por Antonio Mateos Muñoz

Reseña escrita por Antonio Mateos Muñoz

Biografía

Editorial Paidós Ibérica (también editada en Juventud y en Plaza & Janés)

ISBN – 978-84-49318290

Año de esta edición: 2005

Páginas: 440

BREVE RESEÑA: Balzac era gordo y feo pero eso no era óbice para que le gustaran las mujeres. Circula por ahí una teoría según la cual todas las mujeres, por mucha falta de encantos que la naturaleza les haya concedido, se creen con derecho a ser amadas. Otro tanto con los hombres, aunque guapas y guapos suelen ser más afortunados.
A Balzac, además, le gustaban las mujeres mayores en lo que no coincide con este humilde servidor. Ello es manifiesto en su novela La femme de trente ans. También en su vida personal. Madame Berny, su primera amante, tenía cuarenta y cinco años y él contaba solo con veinticinco. Su solicitud hacia ella no pudo ser mayor:

Ella fue para mí, amiga, familia, compañera y consejera. Me hizo escritor, me consoló de joven, me enseñó a tener gusto, lloró y rio conmigo, como una hermana; venía a mí todos los días como un sueño bienhechor que aplaca los dolores… Sin ella, seguramente habría muerto.

Gustosamente habría suscrito el título de En brazos de la mujer madura:

La mujer de cuarenta años lo hará todo por ti, la mujer de veinte, nada.

Malo es, sin duda, estar condenado a la indigencia por tan sabio maestro. La vida de Balzac es casi tan rica como su vasta Comedia Humana. Trotamundos, de oficio en oficio, de negocio en negocio y en todos perdedor, solo le salvará su inquebrantable voluntad en su destino literario, esa ciega confianza de aquellos que, por encima de cualquier circunstancia adversa, están convencidos de tener talento.
Confiaba ciegamente en su destino pero no escatimaba cualquier ayuda que pudiera robustecerlo. Así permanece constante a lo largo de su vida el deseo de encontrar una rica heredera que lo sacara de sus continuas penurias económicas (llega a tener tres casas para rehuir a los acreedores).  En 1839 escribe a Zulma Carraud, pidiéndole que se acuerde de él «cuando encuentre en alguna parte una mujer con doscientos mil o por lo menos, con cien mil francos, con tal que el dote pueda ser empleado también en mis negocios». Barrigudo y sobrepasados los cuarenta, la exigencia puede resultar excesiva.
Zweig, además de consumado novelista, experto en retratar el corazón femenino, especialmente el de las damiselas vienesas, es, asimismo, un notable biógrafo. Retratos suyos son el de Erasmo de Rotterdam, Magallanes, Romain Rolland, Verlaine y esta biografía: Balzac, que me permito recomendar a gourmets del género.

Cob-Balzac.inddSINOPSIS: Este libro monumental, publicado por primera vez en 1920, no es solo la obra maestra de Stefan Zweig, la mejor demostración posible del fervor que sentía por el gran Honoré de Balzac, sino también una novela fascinante que descubre al lector no solo el trabajo, la lucha, el esfuerzo y el desafío del genio, sino también sus debilidades. Tras esta fachada impoluta, sin embargo, se ocultan otros temas igualmente interesantes: el conflicto del escritor con su tiempo, su lucha por el reconocimiento y, en especial, su condición de bufón de una sociedad que nunca llegó a considerarlo un verdadero literato. Por todo ello, esta última obra de Zweig debe considerarse también su obra maestra. Lo que debería haber sido la recreación de otro momento estelar de la humanidad, es decir, un retazo de la humanidad misma, se fue convirtiendo igualmente en una descripción vívida y sentida de la comedia humana, lo cual hace que su lectura invite a acercarse con más detenimiento a la obra de Balzac.

BIOGRAFIA: Viena, (1881-1942). Stephan Zweig, hijo de un poderoso industrial, recibió una esmerada educación. Durante sus años de juventud recorrió Europa, trabajando como traductor y colaborando en distintas publicaciones. Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, manifestó su posición pacifista. Ante la implantación cada vez mayor de las fuerzas nazis en Austria, emigró a Londres. De su producción literaria destacan Cuerdas de plata, un ejemplar donde reúne su poesía, y novelas como Jeremías, Amok, El jugador de ajedrez o La confusión de los sentimientos. También escribió las biografías de algunos de los personajes más grandes de la literatura como Dickens o Balzac. Esta última aquí reseñada, parece ser que la dejó incompleta antes de suicidarse, aunque con anotaciones lo suficientemente avanzadas como para que pudiera publicarse.

@lecturaderamon

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